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jueves, 27 de agosto de 2009

Canarias a partir del siglo XVI

Canarias a partir del siglo XVI

La historia del Archipiélago Canario a partir del siglo XVI vendrá condicionada por la colonización del mismo por parte de grupos diversos de pobladores que se asientan en él atraídos por las posibilidades de progreso económico que se le ofrecen: tierras de cultivo, la participación en los circuitos comerciales atlánticos entre las Indias y Europa, el abastecimiento de manufacturas a las islas, etc.

La mayor parte de los pobladores serán españoles (gallegos, castellanos, andaluces, aragoneses, etc.) que se dedicarán a la agricultura, bien en sus propias tierras, bien como trabajadores al servicio de otros propietarios. También llegarán portugueses, genoveses y flamencos, a desarrollar la explotación y comercialización del azúcar, primer cultivo de exportación canario, generador de grandes fortunas y a través del que se integra la economía canaria en los mercados internacionales. Asimismo, encontraremos a grupos de población morisca y negros africanos, que llegan a las islas después de ser capturados para utilizarlos como esclavos en las plantaciones de caña de azúcar, en los ingenios, o en el servicio doméstico. Por último, llegarán ingleses e irlandeses atraídos por la producción y exportación del vino, producto, éste último, que a partir de la segunda mitad del siglo XVI, sustituirá progresivamente en importancia económica a la caña de azúcar.

Los distintos grupos de población reseñados se integrarán rápidamente, conformando un entramado social que aportará a la población canaria una idiosincrasia propia y un peculiar carácter cosmopolita y abierto a las influencias externas.

La economía canaria durante esta época va a girar en torno a la producción y comercio de determinados cultivos de exportación demandados por los mercados internacionales (sobre todo europeos). Dichos productos se daban bien en las Islas gracias a su clima y solían, además, reportar grandes beneficios a quienes controlaban su comercio.

Durante el siglo XVI, los principales productos de exportación fueron el azúcar de caña y, en menor medida, la barrilla. Desde finales del siglo XVI, todo el siglo XVII y gran parte del XVIII serán los vinos canarios el producto más demandado en el exterior.

La producción de cultivos de exportación no afectó por igual a todas las Islas. Unas desempeñaron un papel más relevante que otras. Así, la producción de caña de azúcar se dio fundamentalmente en la isla de Gran Canaria, mientras que el vino se localizó sobre todo en Tenerife, lo que convierte a esta isla en el centro económico y político de Canarias durante estos siglos.

Con el capital que aporta la comercialización de estos productos se traen a las islas productos manufacturados, que desde Gran Canaria o Tenerife, a su vez, son distribuidos por el resto del Archipiélago.

Al mismo tiempo, en las islas en que no se dan productos de exportación se desarrollará una agricultura dirigida al abastecimiento interno, al mercado interior canario, es decir, se comercializan en aquellas islas que por su mayor número de habitantes o por dedicar parte de sus tierras a cultivos de exportación no producen lo suficiente para su autoconsumo.

El mecanismo económico descrito no siempre funcionó eficazmente. En determinados momentos de la Historia de Canarias, los productos mencionados dejaron de exportarse, bien de forma coyuntural, bien definitivamente, por las guerras o por la competencia que con esos mismos productos podían ofrecer otros países (por ejemplo, la caña de azúcar de Canarias no pudo superar la competencia de la producida en las colonias americanas). Como consecuencia de ello, dejaba de llegar capital a las islas, se reducían las importaciones, y se vivían momentos de escasez y empobrecimiento. Gran parte de la población padecía entonces hambre y miseria, lo que obligaba a mucha gente a optar por la emigración en busca de medios para vivir.

[4. Los mercaderes tenían que depositar una fianza para trasladar
dinero de una isla a otra. Aduana del Puerto de la Cruz.]


La sociedad de las islas durante el Antiguo Régimen será compleja y estará muy dividida, conformándose cada grupo social en función del grado de apropiación de las tierras de cultivo y de su participación en los circuitos comerciales canarios. De forma genérica podemos hablar de:

- La nobleza y el clero que serán grandes terratenientes, propietarios de la mayor parte de la tierra y del agua. Tendrán una posición social privilegiada y desempeñarán importantes cargos políticos en los cabildos o ayuntamientos de la época, las milicias, la inquisición, etc.

- Los grandes comerciantes, en su mayor parte de origen extranjero, que llegan a Canarias para comerciar con la caña de azúcar o el vino, además de otros negocios: trata de esclavos, importación de manufacturas, tabaco, café, etc. Acumulan grandes riquezas, y muchos de ellos accederán al status nobiliario debido al matrimonio con miembros de la aristocracia o a la compra de títulos.

- Los labradores, medianos y pequeños propietarios de tierra y de agua, que obtienen de sus propiedades lo necesario para vivir aunque no lo suficiente para enriquecerse. Incluso a veces deberán trabajar para otros propietarios cuando sus propias cosechas no sean buenas.

[5. Labradora de Tenerife. Grabado de Juan de la Cruz.]

- Los pequeños comerciantes y los artesanos. Son un grupo poco numeroso. Vivirán en las ciudades. Tendrán un nivel de vida semejante al de los labradores.

- Los campesinos sin tierras trabajaban para los grandes propietarios como arrendatarios, aparceros o, también, jornaleros. Suelen vivir malamente y constituirán la mayor parte de la emigración cuando lleguen los malos tiempos.

- Por último, nos encontramos con los mendigos y esclavos que componen el espectro más bajo de la sociedad, formando un grupo verdaderamente marginado.

Canarias durante esta época formará parte del reino de Castilla, y estará gobernada por un virrey, representante de la autoridad real. Su sede estará en Tenerife. Al mismo tiempo, cada isla formará un único municipio administrado por un Cabildo. Finalmente, el poder judicial estará desarrollado por la Audiencia, cuya sede estará en Gran Canaria.

Durante más de trescientos años la imagen del Archipiélago vendrá determinada por el conjunto de circunstancias descritas, y será a partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando comiencen a producirse los cambios que dan lugar a la inserción de Canarias en la época contemporánea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

está interesante pero me gustaría ver a la gente de las islas canarias 2009 :)