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lunes, 22 de marzo de 2010

Excelentísimo Sr. Don Juan Carlos I, Rey de España

Excelentísimo Sr. Don Juan Carlos I, Rey de España

Palacio de La Zarzuela

Madrid

Majestad

Siempre he considerado que la Monarquía podría ser un importante punto de equilibrio y reconciliación en esta España nuestra tan convulsa e irascible en no pocas etapas de su historia. Con esta idea, siempre he mirado a la Casa Real española con simpatía y afecto.

Por esta razón, fue para mí todo un honor y un privilegio formar parte de la tripulación de Iberia que le acompañó a Vd. y a la Reina Doña Sofía en su primer vuelo, ya como Reyes de España, a Roma.

La Casa Real tuvo a bien hacerme uno de los regalos más bonitos y apreciados de mi vida: una magnífica foto de SS.MM. dedicada a mi persona, como recuerdo de aquel inolvidable viaje.

Algunos años después se repitió mi suerte, y volví a tener el honor de ser designada para acompañar a Su Alteza Real, el Príncipe Felipe, a Kourou en la Guayana francesa, para el lanzamiento de nuestro primer satélite espa-cial, el Hispasat. De ambas ocasiones, guardo documentos, anécdotas y foto-grafías que forman parte de un valiosísimo, para mí, archivo personal.

Sin embargo, hoy, me siento en la obligación moral de devolverle esa fotografía que con tanto cariño y orgullo he atesorado, y que, desde entonces, ha presidido un lugar preeminente en mi casa. Es, ésta, una decisión tomada con no poco dolor y mucha más decepción. Pero, mi hogar no puede estar pre-sidido por la foto de un monarca, supuestamente católico, que avala, con su sanción, una ley desmedida sobre el aborto; una ley que desampara a la mu-jer; que desautoriza a los padres de menores embarazadas; que desvincula de toda responsabilidad a los hombres, y eso que dicha ley sale de un Ministerio de Igualdad; en definitiva, una ley que enfrenta media España con la otra me-dia.

Alguien podría advertirme, con acierto, de que nuestra Constitución le obliga a firmar todo lo que salga aprobado del Congreso de los Diputados. Sin embargo, de la misma forma que Vd. ha sabido encontrar hábilmente, en otras ocasiones puntuales y no tan lejanas, algunos atajos para bordear asuntos que tampoco contempla la Constitución, ya podría haber aportado, ahora, esa magnífica habilidad para evitar esta ley asesina, que ofende la sensibilidad y la dignidad de tantísimos español

Si ya Vd., en una desafortunada ocasión, sentó el precedente de elogiar la gestión y personalidad de un presidente de gobierno, como el Sr. Zapatero, que demuestra querer gobernar sólo para los suyos, y que ha polarizado peli-grosamente a todos los españoles, como nunca había ocurrido en democracia; si Vd. se ha permitido introducir, durante un discurso navideño, aquello de “hablando se entiende la gente”, en relación con la vergonzante y traidora negociación entre nuestro Gobierno y ETA, ¿no puede, ahora, permitirse el manifestar su desacuerdo con esta Ley del Aborto? Cuesta entenderlo, créame.

Pues bien, con todo el respeto y la humildad que salen de la opinión de una simple mujer, que como yo se siente muy orgullosa de ser española, me permito indicarle que no pierda de vista el día que un gobierno antiespañol, como el actual, ponga en su punto de mira a la Corona, porque el Sr. Zapatero ya ha demostrado que no se le oscurece nada a la hora de dar satisfacción a los suyos “como sea”. Y, entonces, no tendrá en cuenta, como eximentes, estos reveses que Vd. nos está propinando a los que hasta ahora le apoyamos.

Al final, sería muy penoso que ocurriera con la Corona de España algo parecido a lo que pasó cuando Sir Winston Churchill dijo a su oponente, Nevi-lle Chamberlain: “os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra ....... elegísteis el deshonor, y además tendréis también la guerra”.

Por todo lo aquí expuesto, le reitero mi dolorosa decepción y mi obligación moral de devolverle una foto que ya no puede tener lugar bajo mi techo.


Respetuosamente

Fdo.: Mª Belén López Delgado

Madrid, 8 de Marzo de 2010

Enviado a mi correo por Juan, Gracias y como me identifico la pongo esto una pura verdad, este golfainas ha preferido irse a ver como corria Alonso que no juega en en ningun equipo español ni por España aunquesea español que asistir al entierro de unos de los literaos ma simportantes que ha dado la literatura Española, pero asi es este rey, todo lo que pueda molestar al gobierno de sus amores, el no lo hace y si es complacerlo eso se hace aunque sea bajarse los calzones

4 comentarios:

E..P.. dijo...

Buenas.
Muy cojonudo.Aunque ya no podemos retroceder.
Me vas a perdonar pero yo si tengo a este enfrente y le pudiera decir cuatro cosas este ese dia no come.
Le canto cuatro verdades que le hiban hacer pensar y eso que tiene la cara más dura que el hormigón armado.
Este es el mentiroso y el más parasito de todos.
Saludos cordiales.

Unknown dijo...

Como sabes esta carta ya la publiqué yo el pasado día 12 de marzo en un post bajo el título:

Ciudadano Juan Carlos Borbón, permíteme te tutee

No reconozco a esta persona como rey, ni puta falta que hace una monarquía. Mucho menos si el cabeza de la misma es un trilero, que el tratamiento que le das lo ha conseguido a base de robar a los españoles.

Por si desconoces el dato te informo, por cada litro de combustible que se consume en España, al tal excelentísimo le queda limpio de polvo y paja cinco céntimos.

Llegó al cargo en pelotas y hoy está situado entre las primeras fortunas del mundo.

Yo sigo diciendo, que "don sin din mis cojones en latín".

Tiene que explicar muchas cosas a los españoles el "elefante blando"

CHOPINGO dijo...

Yo igual que esveristate

Natalia Pastor dijo...

Su dejación de funciones le acabará pasando factura al igual que sus concomitancias con esa izquierda,que al igual que hicieron con su abuelo, sólo tienen la intención de colocarle la maleta en la frontera.