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domingo, 1 de noviembre de 2009

Sobre el Día de Muertos

Desde tiempos prehispánicos, se tiene la creencia de que las almas vuelven a visitar a sus familiares y comen y beben como hacían cuando estaban vivos. Los familiares les brindan ofrendas, en altares decorados típicamente con cempasúchitl, velas, fotografías de los difuntos, y sus comidas y bebidas favoritas junto con otros objetos que en vida fueron del agrado del ser querido.

Los festejos del Día de Muertos comienzan el 31 de octubre, cuando se pone una ofrenda en cada casa y llegan las ánimas de los niños muertos. A la mañana siguiente, el 1 de noviembre, llegan las ánimas de los adultos, y el 2 de noviembre se anuncia con 12 campanadas que los difuntos se van.

Durante el primer día, los familiares limpian las tumbas de sus seres queridos en los cementerios, y los adornan con flores blancas para los niños y flores amarillas para los adultos. Encienden copal (incienso) y velas para alumbrar su camino de llegada y regreso. Dependiendo de la región, la ofrenda puede tener tres niveles (cielo, limbo y tierra) o hasta siete (que corresponden a la simbología de los siete cielos aztecas que se deben atravesar para llegar a Mictlán, lugar reservado para los que morían por muerte natural).

Una costumbre mexicana que reúne a amigos y familiares, no sólo para recordar a los difuntos, sino también para el disfrute de todos aquellos que están vivos. Una festividad no para reírse de la muerte sino para reírse con ella.

2 comentarios:

Jesús García dijo...

Una fiesta realmente pintoresca, la mexicana.
Saludos.

BOIRA_A dijo...

Pues, si lo es, como muchas que tienes por Hispanoamerica, unas dejadas por mlos conquistadores y otras encontradas pero todas ellas ancestrasles y bien conservadas y que sigan porque al fin y al cabo es arte yb es culñtura, aunque algunas de ellas debian ser encauzadas

Un saludo